El sueño de un niño que quiere aprender a tocar un instrumento, de hacerlo sonar, de empezar a tocar melodías en él. El sueño de muchos niños, de muchos jóvenes.
El sueño de un padre de ver brillar a su hijo en un escenario, llenarse de orgullo, aprender de sus logros. Los sueños de muchos padres, hermanos, abuelos, primos amigos, compañeros.
El sueño de un docente hecho realidad en el día en que se visualiza el esfuerzo compartido de sus pupilos y el propio, acumulado en innumerables horas de estudio y dedicación, de frustraciones y victorias: el sueño de muchos docentes.
Los anhelos y emociones desbocados a través de sonidos articulados en un breve espacio de tiempo pero que generan una enorme inmensidad atemporal.
Todo eso, y más, fue nuestro Festival. Gracias por su inolvidable visita Big Band del Colegio Mariscal Braun de La Paz, gracias Gino y Mario Callata por su participación con las Big Bands de los Colegios Nuestra Señora de La Merced y del Colegio Peruano Italiano Domingo Savio.
Gracias Padres de Familia, hemos demostrado, en esta humilde actividad, que en equipo podemos lograr cosas maravillosas.
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